self-service...

(Me un gusta un chingo comprar PIRATERÍA,

pura PIRATERÍA, piratería PURA...)

Las múltiples terpias en las que ha estado Maestra de Español han coincidido en varios puntos. Uno de ellos es la afirmación de que por más mal que uno esté, la inteligencia nunca se ve afectada, dicen. Pero la verdad es que ella siente de la chingada y más aun cuando no se puede defender, cuando no puede reaccionar a los ataques, así los siente, de los comentarios y miradas en el trabajo. Siempre se siente como la más tonta que nadie toma en cuenta por ser bien friky. Siente que tiene tatuado en la frente: soy rara. En esos momentos lo que más quisiera es poder reaccionar rápido, tener una respuesta hábil, sutíl e inteligente que los aleje de ella. Pero no, sus pensamientos se vuelven lentos lentos lentos. A veces no tiene nada contra la persona en cuestión, lee caen bien, pero le huyen. En otras veces si desea destruir al sujeto con odio caliente.

Por otro lado, al leer no puede hacer conexiones, su cerebro se entumece, no se puede concentrar. Se desespera y recuerda los días en los que lo hacía bien y bonito, los días en los que su terapeuta le auguraba formarse como una mujer hecha y derecha. Blah! Ya no lo visitó nunca más.

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Una foto le hizo recordar algo de su ex novio: en una ocasión fueron al Alicia y se toparon con la ex de él. Está no perdió oportunidad, en cuanto lo vio se le acercó y le dijo: "hijo de la chingada, si no te das tu solo es porque no puedes". Antes de irse volteo la cabeza hacia ella y movió la cabeza en tono reprobatorio, enseguida salió del antro.

Aquella noche, ella y su novio bromearon al respecto durante un rato y luego bebieron, fajaron y se fueron a su casa. En aquel momento le pareció divertido imaginárselo metiéndose el pene por su propio agujero, así, forzándolo en curva para rodear completamente la entrepierna y alcanzar su objetivo, como los hombres exitosos del capitalismo pues. Pero como anatómicamente estaba incapacitado para ello, le dijo ya estando en la cama, que ella le metería el dedo en compensación al tiempo de que lo masturbaría. Así se hizo. Jamás se le ocurrió algo así.

Cinco meses después, ella también suscribiría la misma sentencia: si no se da solo es porque no puede. Hijo de la chingada...

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mirarlo llegar

saludarlo con la presencia

te regalo

una

cosa

así, timída y tierna

quedémonos solos

abrazémonos solos

todo el día contigo

te paso el plumón

tu me pides el correo

todo el día mirándome tus labios

mis ojos dicen rojo

mis ojos dicen rojo

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