miércoles, 25 de junio de 2014

Forclusiòn......................

HISTÉRICA LA LOCA

Porque no conozco tu cuerpo, no tengo la más mínima idea de cómo seas más allá de tus manos y tu rostro, porque no sé qué pasó aquel día de abril de 1995, aquel día en que el padre y la madre me borraron, aquel día en que la hermana mayor no salió a buscarme… la vi parada en la puerta y ahí estaba yo borrada.

Porque hay veces que no entiendo: por qué me miran, qué miran, por qué a veces no siento el cuerpo, no siento mi cuerpo caminar, cuando atravieso la biblioteca camino en automático, no siento las piernas, y no sé por qué me miran, qué miran, es que acaso tengo el rostro desencajado, acaso lo tengo deformado, qué me miran, acaso tengo el rostro de un chango, por qué me miran, no lo entiendo y esquivo las miradas sintiendo espanto, sintiendo un horror, es la sensación de no sentir el cuerpo, no siento las piernas y sin embargo camino, y llego al baño y no miro el espejo porque no hay espejo, hay un cristal pero no refleja, me planto en una supuesta ubicación de espacio y tiempo: soy un pensamiento, estoy en la biblioteca, hoy es tal día, mañana es tal y ayer fue tal, pero no hay espejo, camino en automático, no es gracioso, no tiene nada de gracioso, el espejo no me devuelve nada, y sin embargo camino, regreso a la misma mesa, floto, no sé cómo es que no tropiezo, no sé cómo es que hago los pasos, floto, no soy yo, y no sé por qué me miran, bórrense todos, no me miren, no miren que estoy loca, no miren que no tengo rostro, no miren que no miro, no tengo cuerpo, soy torpe, la biblioteca es un tablero que no logro descifrar, veo las piezas pero no se jugar porque no sé qué pieza soy, no me hablen, todos los días llego a mi casa, hay una casa, me meto, sigo con la misma cabeza que recuerda las escenas del día, por qué es la misma siempre me pregunto, por qué cargo con esta mi cabeza, qué pasa si un día no regreso a esta casa, no sé por qué tengo que regresar todos los días a ella…

Por qué todos los días llega la hora de comer, de esa maldita necesidad de comer, no quiero comer, y sin embargo lo hago…

Porque no hay nada, por qué sólo sueño forzadamente contigo pues no hay nada, porque tu indiferencia es la respuesta de que no hubo respuesta, y sin embargo no puedo parar, quiero parar o salir, quiero entender, quiero salirme del juego que no sé jugar, es una locura pues ni siquiera juego, no hay juego, no hay nada, floto.

Porque a veces pienso que hay un remedio, y me empeño en intentos optimistas, en la creencia de que el azar pudiera mostrar algo, de que no todo está en mí, de que hay algo afuera, pero a veces me siento loca, loca confirmada, constatada por los hechos, por las historias en las que me he visto embestida, historias virulentas, historias de mis escenas ridículas, historias de pendejadas contempladas y sancionadas, arrepentida, no me miren…

Ayer te imaginé violento por primera vez, diferente a la idea imaginaria que me había construido de ti, te vi seguro y afianzado en un sistema filosófico que te orientaba, algo así como un gran cerebro que se sostiene sobre patas grises de jirafa, todo voluntad y pensamiento, como si esa imagen esquiva en el fondo guardara a un perverso escondido, como alguien que si supiera lo que está pasando -yo no sé qué pasa ni donde estoy-, son oleadas que me vienen, ya no he llorado pero quiero hacerlo, no me gusta este tiempo, vivir en este siglo y en este espacio no me gusta, me dio miedo pensar que me fueras a atacar y sin detenerte ante mi dolor, vivo desarmada, algo más que mi barrera de silencio no tengo, es mi única protección, no me miro…

Me azoto, literal,

Me azoto, literal,

Me azoto y no importa la puerta

Me azoto y lo siento, es el real

Me azoto pues lo necesito, es el dolor que necesito

Me azoto, literal,

Me azoto, literal,

Me azoto y logro sentir la cabeza, la misma que he tenido todo el día conmigo, hay una cabeza que me acompaña, siempre está, por qué nunca se va, vete.

Me azoto y no se va.

Me pongo harta de mí, de esa eterna voz que me habla, de esa mi consciencia, vete.

Me azoto.





martes, 3 de junio de 2014

La fotografía que si quemó Max Brod...........

Capítulo 1. Ella era perra sola, caminando bajo tormentas urbanas, esquivando las patadas humanas (y al resto de perros). Mordía por comida. Se le desarrollo un sentido práctico de la vida, pero su más grande talento estaba en lo que, en una de sus personalidades, ella misma llamaba "la risa mental". Era perra.


Capítulo 2. Él. (Aquí va la fotografía in-encontrada)
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Capítulo 3. Se conocieron. Tomaron vino.


Capítulo 4. Eran muy semejantes, amigos.
 

Capítulo 5. Conocieron sus secretos.


Capítulo 6. Como él la veía:


Capítulo 7. Como la ve la sociedad:


Capítulo 8. Como la ven en la escuela:


Capítulo 9. Como la ven en el hospital:


Capítulo 10. Como la ve la Hermana Mayor:


Capítulo 11. Como ella se ve:


Capítulo 12. Como es en realidad:


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domingo, 1 de junio de 2014

Sirena de pantano.............


Dame en abrazo que yo te pido..............



El doktor volvió a recibir a la paciente Maestra de Español/Histérica Sadomasoca/Antichrista-antidolor en su consultorio.

-¿Cómo se encuentra?
-Bien, bueno, si, me siento bien.
-Tenemos que hablar.
-...
-Puede empezar por dónde usted quiera, por lo usted desee hablar.
-A veces si quiero hablar. A veces me vienen imágenes, imágenes que siempre han estado en mi cabeza, es raro de decir, pero siempre ha estado todo en mi cabeza. Una a una de las cosas que tengo en mi cabeza las podría decir, aunque luego no encuentre las palabras para describirlas. La imagen está, la emoción está, lo que sentí está, la historia de mis historias está. Quiero que salgan de mi cabeza.
-Bien, podemos hacer que salgan de su cabeza. Comience, yo la escucho.

¿PERO QUÉ CLASE DE GENTE
TAN DIABÓLICA ES ESTA?
(Segunda parte)

Podríamos decir que incluso con el sentido común, una se puede dar cuenta de lo que el tal señor llamado C. Jung decía que eran los arquetipos. Me explico: una llega a una cafetería, cantina, salón de clases, casa familiar o lo que sea, y se encuentra en que es la única mujer en medio de 4, 5 o 6 hombres. Que hay mujeres rondando pero son marginales, no son parte de la escena. Y lo que sucede es que... no puedo evitarlo... ¿qué pueden hacer 4, 5 o 6 hombres con una mujer atractiva dentro de la periferia de su interacción inmediata? Pos si, mi sentido común, mi sentido sexual, mi sentido evidente me dice que quieren coger, cogerme. ¿Qué más podrían hacer o querer?
 
-¿Mi "sentido evidente"?, preguntó él.
-Las preguntas al final, por favor. Continúo: pero la cosa es que, así como la burguesía escoge a sus parejas dentro de su misma clase social, yo las escojo dentro de mi misma clase mental. O sea, me gustan los freeks, los raros... nada más.
 
 ***
 
Alejandra tenía ojos verdes y gatunos, su cabello castaño claro, lacio y largo, no usaba fleco, era blanca y casi rubia. Alejandra decía que ella no se acordaba de su papá. Él y su mamá tuvieron tres hijas de las cuales ella era la menor, la mayor vivía con su esposo y dos hijas en Cuautitlán Izcalli, la de en medio era nuestra vecina en la vecindad, con su marido y tres hijos, estaba gorda y redonda y su marido era flaco y esquelético.

En una ocasión me dijo, así como con actitud resignada y natural, que nunca iba a conocerlo, como si fuera un hecho consumado (supongo que así era), que su mamá dejó a su papá cuando ella era una bebé porque su papá las había encerrado durante tres días en su casa, que en cuanto pudo salir su mamá, agarró a sus tres hijas y se fue a casa de su papá de ella. Le decía papá a su abuelo, mire papá, ella es mi amiga, la Maestra de Español, está viviendo con nosotras, ah, pues me parece bien, ¿ya probó usted la sopa de caracoles? No señor, ah, pues la próxima vez que yo venga, usted la va a probar. Si.

Salíamos de noche, cenábamos té de manzanilla y galletas marías,
Mirábamos las casas como cristales donde se distorsiona nuestra imagen...

Alejandra me llevaba clandestinamente a la casa en donde su mamá trabajaba haciendo la comida para un señor viudo que ahí vivía con sus dos hijos. Cuando los niños se estaban bañando y el señor trabajaba, Alejandra iba por mí y rápido entrábamos a la cocina. Comíamos las tres. Yo, sin necesidad de que me lo dijeran, trataba de hacerlo a prisa, daba las gracias a su mamá y me dirigía directamente a la puerta. A veces Alejandra salía conmigo y nos regresábamos a la casa.

Salíamos de noche, dormíamos en la sala,
Mirábamos pasar los días como las gotas de agua que caen al bañarnos...

Alejandra es tal vez la pérdida que más he sentido. Ella y lo que estaba con ella, mi vida con ella. Su mamá, la vecindad. Nuestra vida en la colonia Roma de la Ciudad de México en 1995.  Una tiene 18, 19, 20 años y piensa en que olvidará a su madre y a sus amigos, a su hermana mayor, que no extrañará los parques de juegos, los animales ni las lombrices excavadoras, ni que extrañará a su madre ni al peso del mundo...

Salíamos de noche, arrojadas al mundo,
Mirábamos crecer el problema día con día
como manzanas arrojadas sobre la humanidad del insecto.

El peso de mundo ha terminado. No hay Estado, no hay religión, no hay salvación, no hay absoluto. Sin asidero.

El mundo unario//La levedad insoportable.

Tuve a Alejandra y hoy la busco. Aún así, la vida está en otra parte. En la indecisión de un hombre que lo mismo es su pena que su alivio decirle que no a su deseo de mujer... El Loco Doktor Lecter solía decir respecto a las parejas: tal vez convendría que ambos no volaran igual, que uno de ellos volara ALTO mientras el otro intensifica el riesgo a ras del SUELO... eso. Pero cuando ambos vuelan a ras del suelo o bien, cuando lo hacen tan alto que se pierden juntos en las alturas, cuando eso sucede, ambos se arrojan en caída libre y sólo ellos pueden salvarse... si se atreven. Porque, comúnmente, en éstas historias uno de ellos no se atreve a dar el paso hacia el abismo, prefiere quedarse en la periferia por miedo a perderse en el mirar, que de tanto mirar el abismo el abismo mira dentro de uno. Pero él no mira el abismo, ha preferido cerrar los ojos y tropezar y decir que ama más a su deseo...

No ama su deseo, su miedo lo ama a él.


.SI.
Hay una sirena que te llevará al naufragio,
No te apartes de esas rocas,
Para que te conviertas en un desastre andante,
.Ahí-Ahí.
Dime, ¿por qué tan verde y solitario?
Si el cielo te envío para ella...
Si eres para ella su accidente a punto de suceder...